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AYAHUASCA
 

La Ayahuasca nos ayuda en la misión de experimentar el espíritu a un nivel muy profundo y a conectarnos con él. También nos hace muy conscientes de la realidad de nuestro cuerpo y mente, y resulta una herramienta valiosa en la sanación de ambos.

Los pueblos indígenas amazónicos; la consideran planta maestra y sagrada; constituye el fundamento del chamanismo, de la medicina natural y de la cosmovisión indígena. En el idioma quechua significa aya: espíritu y huasca: "Soga de los espíritus ".

La Ayahuasca es una planta de las amazonas, la cual mezclada con otra planta llamada chacruna resulta la bebida. Utilizada desde hace más de 5000 años por los chamanes o curanderos del amazonas como un camino para obtener una expansión de la conciencia.

La bebida que se extrae de la planta Ayahuasca es la mayor fuente vegetal conocida de dimetiltriptamina (DMT), es un neurotransmisor producido natural mente en nuestro cerebro desde la glándula pineal que es responsable de los sueños en la fase REM del descanso inconsciente. La Ayahuasca activa la glándula pineal, esta glándula está estrechamente relacionada con las experiencias místicas religiosas.

Así como la DMT presente en la bebida Ayahuasca, nuestro propio cerebro produce y segrega naturalmente la substancia DMT que es la responsable de los sueños nocturnos, es decir, cuando una persona se duerme o medita, su cerebro comienza a segregar una substancia química, equivalente a la DMT de la Ayahuasca, que permite, precisamente, que la persona sueñe.

El efecto de beber Ayahuasca, es entonces, aproximadamente como experimentar un sueño, pero mientras estamos despiertos, ¨sueños lucidos¨.   Sentir los efectos de la Ayahuasca, es como ¨soñar¨, pero con plena conciencia del contenido de las imágenes y de los contenidos emocionales que tiñen el sueño; esto es, acceder a la infinita información que contiene nuestro sub-consiente o mundo espiritual.

La ayahuasca coloca al cerebro en estados ampliados de vibración, trabajando de forma óptima y así, la persona alcanza estados elevados de conciencia. La ayahuasca no es una droga, no crea dependencia, no provoca estados de alucinación desequilibrados, ni existe pérdida de la conciencia, por el contrario, el sentimiento es de total control, mayor lucidez mental, control del cuerpo, se sabe perfectamente donde se está.

Con la  ingestión de la Ayahuasca, la conciencia se altera, cambiando las ondas cerebrales; normalmente ocurre una reducción de la frecuencia respiratoria, disminución del metabolismo, de la presión sanguínea, cambio en el ph y con ello aumenta la sensibilidad auditiva, olfativa, de la visión y el tacto. En este nivel de capacidad paranormal, aflora espontáneamente despertando las neuronas, aumentando la capacidad intelectual y creativa.

El resultado es la pacificación gradual de la personalidad y de la mente, disminuyendo la ansiedad y el miedo, equilibrando el sistema nervioso (razón y emoción), permitiendo de esta forma que el cerebro pase gradualmente a estados beta (actividad normal) hacia ondas alfa (relajación) y llegando a los profundos estados theta, donde ocurren las experiencias de éxtasis místico espiritual.

 

Estas experiencias generalmente se asocian a introspecciones, idealizaciones intelectuales, reacciones afectivas y experiencias espirituales y místicas profundas. La Ayahuasca es la planta sagrada más sabía y poderosa que existe una herramienta para transformar espíritu, mente y cuerpo.

MEDICINA

Nuestro primer contacto con la Ayahuasca, demanda curarnos. Demanda superar nuestras dolencias físicas y mentales; es la medicina para el cuerpo, la mente y el espíritu por excelencia.  Es una purga sagrada, y produce una limpieza profunda de todos nuestros órganos y revitalización de los mismos. 

 

DESARROLLO PERSONAL

Por revelaciones o despertar de la consciencia durante el trance con la Ayahuasca, o en los siguientes días, semanas o meses, la consciencia va creciendo, madurando, desarrollándose, y se va concretando un auténtico desarrollo personal en todos los aspectos, esto es, en el plano emocional, conyugal, familiar, social, laboral, espiritual-místico-personal. Esta práctica y/o aprendizaje llevan a descubrir el pleno sentido de la existencia personal. ​

 

MÍSTICA

El desarrollo o crecimiento personal que se va logrando, constituye la manifestación más auténtica de nuestra mística personal. La vida con más sentido y plenitud que uno va logrando, es el desarrollo de nuestra mística personal. Sin dogmas cegadores, sin oscurantismos perturbadores, sin rigideces enfermizas o fanáticas.

Esta madurez espiritual implica tranquilidad, equilibrio, cautela, sensatez, humildad, tolerancia y amplia sabiduría. Dios está en uno mismo; nuestra práctica mística, es el verdadero contacto.

Las Ayahuasca no es tomar un brebaje y ya; es tomarte a ti mismo, tomar la verdad que está dentro de ti. No estás tomando la verdad de otra persona, ni de un gurú, ni de un chamán, ni de una cultura, estás tomando un vaso de ti; cuando te tomas a través de ella, te verás como nunca te has visto antes.

Una puerta de acceso a estados modificados de consciencia, permitiéndonos observar realidades que serían ocultas en circunstancias ordinarias. Esta situación nos da entendimiento para reconciliarnos con la vida, con los demás, con la naturaleza, el universo, con nosotros mismos y con lo divino.

 

Esta contribución es fundamental para una modificación de la conciencia que merece especial y seria consideración porque permite al experimentador sentir y repensar con respecto a sus límites e infinitas posibilidades enérgico-espirituales.

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